El viento y la luna amarilla
me ubican más en el centro que en la orilla
de este maravilloso mundo lleno de fantasías.
Soy ciudadano del mundo y responsable con un país, mi billetera no me condiciona, mi voluntad me rige, me siento cada vez más emparentado con los hombres de maíz y vaya si más de alguna vez que con acierto lo dije.
la literatura como alimento y un whiskey cuando estoy sediento
me tranquilizan de vez en cuando y provocan en mi fuerza un gran aliento .
aliento mismo que necesito todos los días al despertar
aliento aquel que motiva a cambiar lo indiscutible
y me hace pensar que es posible lo que es imposible.
Kevin Oliva.
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