CHARLES CHAPLIN

Sir Charles Spencer Chaplin Jr. (Londres, 16 de abril de 1889 – Corsier-sur-Vevey, Suiza, 25 de diciembre de 1977) fue un actor, director, escritor, productor y compositor británico ganador del Óscar de Hollywood.
Con casi 90 películas de cine mudo y sonoro, ha llegado a convertirse en la figura más representativa del cine mudo, el cual le ha dado su fama mundial y la consideración de uno de los grandes genios de la historia del cine. Su cine abunda de imágenes clásicas tan conocidas como su propio personaje. Sus hijos, Geraldine Chaplin y Sidney Chaplin (1926-2009), se dedicaron también a la actuación.
El personaje en torno al cual construyó gran parte de su carrera cinematográfica, y que le dio fama universal, fue el de vagabundo (The Tramp, en inglés; Charlot, en español, italiano y francés): un hombre con las maneras refinadas y la dignidad de un caballero, vestido con una estrecha chaqueta, pantalones y zapatos más grandes de su talla, un sombrero bombín, un bastón y un característico bigote. Su inconfundible caminar oscilante, una acentuada emotividad sentimental, y un desencanto melancólico frente a la impiedad y a la injusticia de la sociedad moderna, le hicieron emblema de la alienación humana — en particular de las clases sociales emergentes.

Biografía


Charles Spencer Chaplin nació en East Street, en el barrio de Walworth (Londres) el 16 de abril de 1889, según información dicha por él mismo ya que no consta documentación oficial de su nacimiento, por lo tanto este es el primer misterio en la vida de Chaplin. Sus padres fueron artistas de music-hall.
Comúnmente se suponía que era judío, lo que parece no ser cierto, lo cual mencionaria en una entrevista en 1940 durante el estreno de El gran Dictador donde dice: -No soy judío, aunque estaría feliz de serlo-. Se sentía fuertemente identificado con los judíos, a los que defendía, pero no hay ninguna fuente documentada para afirmar con certeza si su padre era de origen judío. Por el otro lado, se sabe que su madre, Hannah Smith, de nombre artístico Lily Harley, fue una mujer de la etnia gitana Romanichel1 , y probablemente también su padre lo fue. Cuenta el hijo de Chaplin en su biografía que su padre se sentía extremadamente orgulloso de su sangre romaní.
La familia de Charlie vivía sumida en la terrible pobreza urbana del Londres de finales del siglo XIX. Su madre (actriz de teatro) vio truncada su carrera debido a que padecía esquizofrenia, y su padre era un cantante alcohólico dedicado al jazz y el blues. Charlie creció en el barrio de Kennington, rodeado de muchos actores de music-hall.
Charlie quedó al cuidado de su madre cuando el matrimonio se separó, poco después de su nacimiento. Su padre murió cuando Charlie tenía 12 años, y éste (junto con su hermano Sidney) pasó largos períodos de tiempo en orfanatos. Charlie era zurdo, al igual que su hija Geraldine Chaplin y sus nietos Tania Chaplin, Suso Chaplin y Dolores Chaplin
Los comienzos


Charles y su hermano Sidney, dos años mayor, habían heredado el talento artístico de la familia y comenzaron a trabajar en ello desde niños. Cuenta el propio Charlie que su primera aparición pública fue a la edad de 5 años, sustituyendo a su madre en un teatro londinense. Ahí empezó a trabajar como actor infantil en el teatro, y recibió buenas críticas. Mientras, su hermano se había convertido en una de las estrellas del grupo cómico de Fred Karno, y convenció a éste para que contratara a su hermano para hacer un sketch, y posteriormente, lo envió de gira por Estados Unidos, a comienzo de la década de los años 1910. Fue en estos años cuando Chaplin en un evento observa a un hombre con un aparato capaz de capturar imagenes en movimiento. Chaplin, curioso, se pasea repetidas veces frente al misterioso aparato. De esta forma surge el primer vinculo entre Chaplin y el cine
El chico


En otoño de 1917 Charlie volvió a cambiar de productora, esta vez firmó para la First National, con la que colaboraría en los siguientes años y que le consiguió el estudio en el que rodaría la mayor parte de sus películas. Allí hizo Vida de perro (A Dog's Life, 1918) y Armas al hombro (Shoulder Arms, 1918).
Fue entonces cuando rodó El chico (The Kid, 1921), con el niño Jackie Coogan,con quien comenzo a entrenar para el cine en 1918 bajo la autorizacion de los padres del niño quienes admiraban profundamente el cómico. Esta obra maestra del cine acabó por convertir a Charlot en uno de los iconos, no ya del cine, sino de la historia. Este largometraje es una de las piezas más fascinantes en la historia del cine y sin duda es de las mejores que haya realizado Chaplin. Tal es así que en el año 1971 él mismo compuso la música para la misma, que había sido rodada muda. La película tiene como eje central la importancia del amor humano, de los afectos y como siempre una alta crítica social. Cuenta la historia de un hombre que encuentra, adopta y decide criar a un bebé que fue abandonado por su madre. La relación entre ellos dos (Charlot y el niño) es fantástica y muy enternecedora, a tal punto que lleva al espectador al llanto. Esta cinta fue tan importante para él porque buscó mostrar en el niño lo que había sido su propia infancia. La filmación duró más de un año y en la misma Chaplin afrontó varios sucesos importantes que habían marcado su vida.
El chico es el primer film en el que Chaplin no oculta su intención de expresar lo trágico. Hasta entonces parecía resistirse, querer recrear la vida bajo el signo del humor, pasando alternativamente de la broma a la fantasía. Esta vez nos presenta un drama banal que bajo ese aspecto alcanza el nivel de obra maestra. Para expresarlo renuncia a la utilización de rostros y de decorados que ha quedado como uno de sus secretos.
Siendo ya millonario, Chaplin regresó a Europa sólo para buscar y llevarse a América a su madre, que se encontraba recluida en un psiquiátrico. Pese a esto, ella nunca sería consciente del triunfo de su hijo debido a su estado mental.

La United Artists


Cuando acabó su contrato, fundó junto con Mary Pickford, Douglas Fairbanks y David W. Griffith la United Artists, el 5 de febrero de 1919, y pudo rodar su primer largometraje, Una mujer de París (A Woman of Paris, 1923). Fue un fracaso comercial, ya que intentó que fuera una película dramática y no acabó de gustar al gran público; sin embargo, sus dos siguientes películas, La quimera del oro (The Gold Rush, 1925) y El circo (The Circus, 1928), se convertirían en dos de las películas más taquilleras del período mudo. Son consideradas como dos de las mejores de toda su filmografía, y de hecho la segunda es la única de Chaplin en haber conseguido un Óscar, premio que no se le volvió a otorgar (de manera honorífica) hasta 1972, como un acto de disculpas por tantos años de persecución y castigo por parte de la prensa norteamericana (sobre todo la de William Randolph Hearst) y en especial del FBI, predecesor en las persecuciones contra los artistas a la Guerra Fría (ver abajo Chaplin y el Mccarthismo). La United Artists produjo otras muchas películas, y en el año 1952 fue comprada por Arthur Krim. Sigue funcionando como productora en la actualidad. Particularmente con la pelicula The Circus, Chaplin tuvo diversos problemas en el rodaje, debido a su reciente divorcio con la joven Lita Grey, quien lo denunció de cometer barbaros actos sexuales. El rodaje de esta pelicula comenzo en 1926 y finaliza en 1928. En este trayecto de tiempo, Chaplin escapa repetidas veces de su estudio cinematografico por los continuos problemas legales que le imponia su esposa, amenazando al comico con robarle la pelicula que estaba rodando. Tambien, en este tiempo, el estudio de Chaplin sufre un gran incendio el cual quedo inmortalizado en una fotografia donde se observa a Chaplin desauciado por la situación y detrás toda una construcción quemada. Más allá de esto, la película se estrena en 1928 ya entrando en el período sonoro, sin embargo, el film tuvo muchísimo éxito y Chaplin recibe un Premio de la academia en la primera edición del mismo que abarcaba el período 1927 - 1928.

El cambio al sonoro


Chaplin fue reticente a abandonar el cine mudo, por lo que sus películas perdieron un poco el atractivo frente a las nuevas producciones sonoras que empezaron a producirse a partir de 1929. No quería que su personaje, Charlot, que había creado con tanto trabajo, hablara, porque sabía que eso sería su fin. De hecho, aunque en El gran dictador (The Great Dictator) y en Candilejas (Limelight) Chaplin sí habla, el personaje del vagabundo Charlot nunca lo hizo en una película, ni siquiera en Tiempos Modernos donde el resto del elenco sí lo hace. Es así que Chaplin rodó Luces de la ciudad (City Lights) como película muda, pero con música grabada dentro del film, compuesta por él mismo. La banda sonora incluía una versión instrumental de La violetera del español maestro Padilla. Chaplin había conocido esta canción en la voz de Raquel Meller, que entonces triunfaba en los Estados Unidos y a quien deseó incluir como protagonista femenina, sin conseguirlo.

El gran dictador


Artículo principal: El Gran Dictador
Las críticas contra Chaplin aumentaron cuando realizó esta película, El gran dictador (The Great Dictator, 1940), protagonizada junto a Paulette Goddard, su tercera mujer.
La película era una crítica contra el nazismo alemán y, por extensión, contra todos los fascismos y dictaduras. Comenzó a rodarla la misma semana en que comenzó la Segunda Guerra Mundial. Anteriormente, Chaplin había ya declarado sobre Hitler que éste «le había robado el bigote» y la verdad es que su parecido físico con el dictador hace que la película sea aún más hilarante.
En ésta, Chaplin juega a representar dos personajes, el del dictador y el del barbero judío, a quien confunden con aquél. Adenoid Hynkel, como nombra a su personaje, en una clara parodia de Adolf Hitler, y la magnífica interpretación de Jack Oakie como Benzino Napoloni, evidente parodia de Benito Mussolini, son sencillamente geniales. Parece ser que Hitler vio El gran dictador, si bien no se conoce ningún comentario suyo al respecto.
La película fue estrenada en los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial y, en su última escena el personaje del barbero lanza un discurso, calificado por muchos como ingenuo, en el que Chaplin evidencia sus deseos de paz para Europa y de construir un mundo mejor:
«Lo lamento, pero yo no quiero ser un emperador, ése no es mi negocio, no quiero gobernar o conquistar a alguien. Me gustaría ayudar a todos si fuera posible: a los judíos y a los gentiles, a los negros y a los blancos. Todos deberíamos querer ayudarnos, así son los seres humanos. Queremos vivir con la felicidad del otro, no con su angustia. No queremos odiarnos y despreciarnos. En este mundo hay sitio para todos, y la tierra es rica y puede proveer a todos. El camino de la vida podría ser libre y hermoso...»
Discurso final del barbero hebreo/Chaplin en El gran dictador (1940).

El exilio


En el año 1947, el Comité de Actividades Antiamericanas empezó a presionar a la fiscalía para que deportara a Chaplin, «cuya vida en Hollywood contribuye a destruir la fibra moral de América». Fue llamado a testificar en el Comité en varias ocasiones, pero no se presentó nunca. Al mismo tiempo, lo estaban acosando los Veteranos de Guerra Católicos, una asociación reaccionaria, que le acusaba de haber escrito una carta a Pablo Picasso, peligroso comunista para ellos, y un senador llegó a decir que «el comportamiento de Chaplin se aproximaba peligrosamente a la traición».
El 17 de septiembre de 1952, el fiscal general de Estados Unidos dio instrucciones a inmigración para retener a Chaplin, su esposa y varios de sus hijos, cuando viajaban en el Queen Elizabeth para asistir al estreno de Candilejas en Europa, hasta que las leyes norteamericanas decidiesen si debía ser expulsado. Lo acusaron formalmente de «pertenecer al Partido Comunista, así como de graves delitos contra la moralidad y de formular declaraciones que demuestran una actitud hostil y de menosprecio hacia el país gracias a cuya hospitalidad se ha enriquecido».
Últimos años
En abril de 1953, el actor se estableció en Suiza. En 1957 rodó una película en la que parodiaba a EE.UU. y la paranoia que le llevó al exilio, Un rey en Nueva York. En 1966 rodó su última película, La condesa de Hong Kong, protagonizada por Marlon Brando y Sophia Loren. La película fue un fracaso comercial y los críticos no la respaldaron, pero tanto Brando como Loren dijeron que no podían decirle que no a un genio tan grande como Chaplin.
Dos décadas después de su salida, ya anciano, le fue concedido el permiso de regresar a Estados Unidos para recibir un Óscar Honorífico (1971) «por el incalculable efecto que ha producido en el arte del siglo XX, el cine», y que muchos interpretaron como un intento de reparación de todos los daños que le habían causado (si bien Chaplin ya había obtenido un Óscar Especial por su película El circo).
La entrega del premio se preparó especialmente; de hecho fue la única vez en que el premio a la Mejor Película no se entregó al final, momento que se reservó para Charlie Chaplin. Todos los ganadores de la noche fueron invitados a subir al escenario para que el mismo presidente de la Academia Daniel Taradash presentase el galardón luego de veinte minutos en que exhibieron los mejores momentos de su filmografía. Finalmente Chaplin apareció y el público aplaudió durante siete minutos (la ovación más larga en la historia de los Óscar). Al fin, Chaplin tuvo su oportunidad de hablar diciendo estas palabras:
«Las palabras parecen tan insignificantes, tan inútiles. Sólo puedo decir que... gracias por el honor de ser invitado aquí, y... oh son gente maravillosa y dulce, gracias».











UN PRISIONERO

Estoy tras de las rejas en húmeda prisión.
Mi compañero triste, criado en cautiverio,
es un águila joven que sacude sus alas
y pica en mi ventana su sangrienta ración.
Luego arroja y mira a través de los cristales
como si tramara lo mismo que yo
y me llama con su mirada y con su grito
como diciendo: "Huyamos... echemos a volar...
Somos pájaros libres: es hora hermano, ya.
Volemos a las cumbres, más allá de las nubes;
allá donde se ve la ribera del mar
allá donde habitamos, tan sólo el viento y yo".

alejandro pushkin

QUE SE LLAMA SOLEDAD

LINEAS DE TANGO


Un dramático Fa menor, una copa vacía de whisky y muchas horas de sentimientos encontrados una ducha abierta sonando en cascada y un patético pensamiento con sabor a Vidrio en la garganta un Adiós prolongado que nunca puntualice y un discépolo tajante dandome toda la razón.
JC