El cielo se esconde dejando atrás al día, la luna nace y el sol muere despidiendose de sus hijos del norte para saludar a los del sur, el verano acaba y el cansancio aprieta; un agotador silencio invoca a la calma y llega como siempre al final donde nadie la espera.
El camino se hace largo y la casa se siente muy caliente, la chimenea espera junto al libro y una pipa rellena de tabaco hace de la noche un plus en la vida, atras espera el perro fiel a su amo sin condiciones ni mandatos le recibe con alegría.
Al terminar su saludo vierte el cariño que guardo para el durante cada momento que pensó en su regreso, la sencillez del campo alumbra sus ojos de belleza y el olor a pino deslumbra su agradecimiento por estar vivo, lejos de toda civilizacion insensata y llena de odio.
Al anochecer una luz de propano quema sus pestañas y calienta sus mejias, mientras un coyote brama causando un poco de temor, el abraza su escopeta y se siente mas tranquilo que nunca.
Así duerme y despierta cada día tranquilamente, en soledad pero en completa armonía con el universo, sin decir adiós a poder sentirse vivo gracias a la madre naturaleza a lo verdadero a lo invaluable.
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